Fragmentos de :
Las comunidades sordas y sus lenguas: desde los márgenes hacia la visibilizacion. De María Ignacia Massone.
En Cuedernos inadi: Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo
En distintos países del mundo y desde no hace muchos años
los lingüistas nos encontramos con objetos de estudio propios de nuestra
formación y práctica, es decir, con lenguas transmitidas en la modalidad
viso-espacial que carecían de descripción y explicación desde nuestra ciencia.
Si el objeto formal de la ciencia lingüística es el lenguaje en general y el
objeto material las lenguas particulares y naturales, los lingüistas nos
encontramos con nuestra razón
de ser: hacer gramáticas, diccionarios y análisis
discursivos de lenguas recientemente descubiertas dado que nuestro interés
radica en revelar las propiedades estructurales de los sistemas lingüísticos de
las lenguas naturales. Me estoy refiriendo a las lenguas de señas de
comunidades lingüísticas formadas por grupos de Sordos. Y
dado que una lengua vehiculiza una cultura estos grupos evidenciaron un mundo
simbólico, un mundo de significaciones
también propio.
Lengua de Señas Argentina
Las señas están compuestas de elementos articulados
secuencialmente y estratificados simultáneamente y consisten en una serie
finita de configuraciones manuales, ubicaciones, direcciones, orientaciones y
rasgos no-manuales. Estos haces de rasgos articulatorios se coarticulan
en una matriz segmental que ha sido descripta por Liddell
y Johnson (1985) como Movimientos y Detenciones, es decir, como M o D –Movement-Hold System. Cuando aplicamos el modelo Liddell-Johnson al análisis
del componente fonológico de la LSA (Massone y Johnson,
1994; Massone, 1993) vimos que había segmentos que no
podían ser descriptos ni como M ni
como D. Análisis posteriores realizados por Johnson
añadieron un tercer tipo de segmentos al que llamaron X y que Oviedo más
precisamente denominó T o transiciones (Oviedo, 2001). La
adición de un tercer segmento a la matriz segmental
permitió resolver el problema. Los segmentos T son generalmente segmentos que
debido a procesos fonológicos ven drásticamente reducida su duración. Hemos
aplicado este modelo fonológico de análisis de los componentes de las señas
también a la Lengua de Signos Catalana -LSC- y a la Lengua de Señas Uruguaya
–LSU. Es decir, que todas las señas de la LSA –como de
toda LS- se producen en una determinada articulación en el espacio o en el
cuerpo del señante –rasgo ubicación-, con una específica configuración de la
mano –rasgo CM-, una posición de la o las manos con respecto al cuerpo -rasgo
dirección-, una determinada posición con respecto al plano horizontal –rasgo orientación-
y en ocasiones específicos rasgos no-manuales que son parte de la seña o
lexema.
Estos rasgos forman un haz que se produce en forma
simultánea -fonema- y que se coarticula con otros haces formando la estructura
secuencial de las señas -morfemas-, es decir, durante los M. Si la seña está
formada por un único segmento simultáneo de rasgos será una D.
Pero las señas pueden estar formadas por combinaciones de
D, M o T. La estructura secuencial de las señas tiene capacidad contrastiva, es
decir fonemática. Cada lengua de señas organiza estos elementos o rasgos en un
sistema propio ya que cada lengua tiene su propio sistema fonológico. Es decir,
que hay posturas de la mano y movimientos que son distintivos en una
lengua de señas y no en otra.
(...)
La estratificación simultánea de los elementos
lingüísticos y el uso del espacio son los dos aspectos más importantes de las
lenguas de señas determinados por la modalidad visoespacial.
El espacio alrededor del cuerpo del señante es explotado
en los distintos niveles de análisis desde el fonológico -localizaciones
fonológicamente contrastivas-, el morfológico - morfología de concordancia
verbal-, hasta el sintáctico -concordancia- y especialmente el discursivo –anáfora,
referencia, deixis, coherencia. (...)
La articulación en el cuerpo y en el espacio y los rasgos
no-manuales juegan, entonces, un papel muy significativo ya que continuamente
se manipulan ubicaciones y relaciones con esas ubicaciones entre los distintos
componentes mencionados en cada una de las señas,
actividades que hacen, a su vez, a su compleja
estructuración gramatical. La utilización de este espacio varía según de qué
lengua se trate y en la LSA según el tipo de interacción y de distancias
sociales interpersonales: pública, privada o íntima. En el
discurso político sordo, por ejemplo, el espacio es usado en su forma más
amplia. En este espacio señante la sintaxis y el
discurso se espacializan, es decir, el espacio sirve a
propósitos sintácticos y discursivos y los R-loci -lugares en el espacio de localización
de la referencia- son de naturaleza arbitraria y
abstracta. Además es usado para expresar un determinado
punto de vista y cambios en su uso pueden señalar diferentes niveles de
significado o diferentes secciones del discurso. La LSA es una lengua con orden
canónico SOV, este orden es alterado por cuestiones
semánticas y pragmáticas o comunicativas –como sucede con
cualquier orden canónico en toda lengua. Hemos identificado las siguientes
clases de lexemas: determinante, sustantivos, pronombres, verbos, adverbios,
conjunciones, preposiciones, interjecciones y subordinante.
Algunas relaciones preposicionales se marcan en verbos,
hay señas que tienen múltiples funciones como los verbos de estado que pueden
funcionar como adjetivos. He identificado un gerundio y un participio pasado y
marcación de tiempo pasado perfecto y futuro. La LSA es una
lengua altamente flexiva. Entre algunos de los aspectos de
la gramática de la LSA que estamos actualmente estudiando figuran la
coordinación y la subordinación, los clíticos, los procesos morfológicos, las
funciones del espacio, la clasificación sistémica de los verbos, y comenzaremos
junto con la lingüista María Marta García Negroni a
realizar la primera gramática normativa de la LSA. Hemos descripto para la LSA
elementos gramaticales que o bien no existen en otras LS o que aún no han sido
descubiertos como la existencia de sufijos numerales, un marcador de
concordancia, verbos cópula y verbos sufijazos.
(...)
La LSA, como todas las lenguas de señas, es una lengua
polisintética -como el Esquimal, las lenguas amerindias, algunas lenguas
aborígenes, algunas lenguas caucásicas o el Kwakw'ala- (las lenguas
polisintéticas son aquellas en la que se unen unas partes de la oración
a otras formando palabras o señas de muchas sílabas), y
aglutinante, es decir, una lengua con lexemas complejos formados por la
juxtaposición de distintos formativos con límites claros entre ellos. (...)