viernes, 16 de mayo de 2014

“Valorar nuestras raíces. Es lo que la vida nos enSeña”

Fragmentos de :
Las comunidades sordas y sus lenguas: desde los márgenes hacia la visibilizacion. De María Ignacia Massone.
En Cuedernos inadi: Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo

En distintos países del mundo y desde no hace muchos años los lingüistas nos encontramos con objetos de estudio propios de nuestra formación y práctica, es decir, con lenguas transmitidas en la modalidad viso-espacial que carecían de descripción y explicación desde nuestra ciencia. Si el objeto formal de la ciencia lingüística es el lenguaje en general y el objeto material las lenguas particulares y naturales, los lingüistas nos encontramos con nuestra razón
de ser: hacer gramáticas, diccionarios y análisis discursivos de lenguas recientemente descubiertas dado que nuestro interés radica en revelar las propiedades estructurales de los sistemas lingüísticos de las lenguas naturales. Me estoy refiriendo a las lenguas de señas de
comunidades lingüísticas formadas por grupos de Sordos. Y dado que una lengua vehiculiza una cultura estos grupos evidenciaron un mundo simbólico, un mundo de significaciones
también propio.

Lengua de Señas Argentina

Las señas están compuestas de elementos articulados secuencialmente y estratificados simultáneamente y consisten en una serie finita de configuraciones manuales, ubicaciones, direcciones, orientaciones y rasgos no-manuales. Estos haces de rasgos articulatorios se coarticulan
en una matriz segmental que ha sido descripta por Liddell y Johnson (1985) como Movimientos y Detenciones, es decir, como M o D –Movement-Hold System. Cuando aplicamos el modelo Liddell-Johnson al análisis del componente fonológico de la LSA (Massone y Johnson,
1994; Massone, 1993) vimos que había segmentos que no podían ser descriptos ni como M ni
como D. Análisis posteriores realizados por Johnson añadieron un tercer tipo de segmentos al que llamaron X y que Oviedo más precisamente denominó T o transiciones (Oviedo, 2001). La
adición de un tercer segmento a la matriz segmental permitió resolver el problema. Los segmentos T son generalmente segmentos que debido a procesos fonológicos ven drásticamente reducida su duración. Hemos aplicado este modelo fonológico de análisis de los componentes de las señas también a la Lengua de Signos Catalana -LSC- y a la Lengua de Señas Uruguaya
–LSU. Es decir, que todas las señas de la LSA –como de toda LS- se producen en una determinada articulación en el espacio o en el cuerpo del señante –rasgo ubicación-, con una específica configuración de la mano –rasgo CM-, una posición de la o las manos con respecto al cuerpo -rasgo dirección-, una determinada posición con respecto al plano horizontal –rasgo orientación- y en ocasiones específicos rasgos no-manuales que son parte de la seña o lexema.
Estos rasgos forman un haz que se produce en forma simultánea -fonema- y que se coarticula con otros haces formando la estructura secuencial de las señas -morfemas-, es decir, durante los M. Si la seña está formada por un único segmento simultáneo de rasgos será una D.
Pero las señas pueden estar formadas por combinaciones de D, M o T. La estructura secuencial de las señas tiene capacidad contrastiva, es decir fonemática. Cada lengua de señas organiza estos elementos o rasgos en un sistema propio ya que cada lengua tiene su propio sistema fonológico. Es decir, que hay posturas de la mano y movimientos que son distintivos en una
lengua de señas y no en otra.

(...)
La estratificación simultánea de los elementos lingüísticos y el uso del espacio son los dos aspectos más importantes de las lenguas de señas determinados por la modalidad visoespacial.
El espacio alrededor del cuerpo del señante es explotado en los distintos niveles de análisis desde el fonológico -localizaciones fonológicamente contrastivas-, el morfológico - morfología de concordancia verbal-, hasta el sintáctico -concordancia- y especialmente el discursivo –anáfora, referencia, deixis, coherencia. (...)
La articulación en el cuerpo y en el espacio y los rasgos no-manuales juegan, entonces, un papel muy significativo ya que continuamente se manipulan ubicaciones y relaciones con esas ubicaciones entre los distintos componentes mencionados en cada una de las señas,
actividades que hacen, a su vez, a su compleja estructuración gramatical. La utilización de este espacio varía según de qué lengua se trate y en la LSA según el tipo de interacción y de distancias
sociales interpersonales: pública, privada o íntima. En el discurso político sordo, por ejemplo, el espacio es usado en su forma más amplia. En este espacio señante la sintaxis y el
discurso se espacializan, es decir, el espacio sirve a propósitos sintácticos y discursivos y los R-loci -lugares en el espacio de localización de la referencia- son de naturaleza arbitraria y
abstracta. Además es usado para expresar un determinado punto de vista y cambios en su uso pueden señalar diferentes niveles de significado o diferentes secciones del discurso. La LSA es una lengua con orden canónico SOV, este orden es alterado por cuestiones
semánticas y pragmáticas o comunicativas –como sucede con cualquier orden canónico en toda lengua. Hemos identificado las siguientes clases de lexemas: determinante, sustantivos, pronombres, verbos, adverbios, conjunciones, preposiciones, interjecciones y subordinante.
Algunas relaciones preposicionales se marcan en verbos, hay señas que tienen múltiples funciones como los verbos de estado que pueden funcionar como adjetivos. He identificado un gerundio y un participio pasado y marcación de tiempo pasado perfecto y futuro. La LSA es una
lengua altamente flexiva. Entre algunos de los aspectos de la gramática de la LSA que estamos actualmente estudiando figuran la coordinación y la subordinación, los clíticos, los procesos morfológicos, las funciones del espacio, la clasificación sistémica de los verbos, y comenzaremos
junto con la lingüista María Marta García Negroni a realizar la primera gramática normativa de la LSA. Hemos descripto para la LSA elementos gramaticales que o bien no existen en otras LS o que aún no han sido descubiertos como la existencia de sufijos numerales, un marcador de concordancia, verbos cópula y verbos sufijazos.

(...)
La LSA, como todas las lenguas de señas, es una lengua polisintética -como el Esquimal, las lenguas amerindias, algunas lenguas aborígenes, algunas lenguas caucásicas o el Kwakw'ala- (las lenguas polisintéticas son aquellas en la que se unen unas partes de la oración

a otras formando palabras o señas de muchas sílabas), y aglutinante, es decir, una lengua con lexemas complejos formados por la juxtaposición de distintos formativos con límites claros entre ellos. (...)